VOLANDO
SOBRE EL PANTANO
EL ÁRBOL CAÍDO
Todo comienza
cuando Zahid le pide a Lizbeth (su esposa) que le cuente su historia de cómo
había superado su problema de violación y de embarazo no desaseado. Lizbeth le
cuenta su pasado, le dice lo difícil que había sido tener un novio drogadicto,
y que toda su familia este en su contra porque se enteraron que iba a tener un
hijo de su novio drogadicto y violador.
Todos creen que la
vida es como vivir entre algodones de valor, sin embargo nada es como lo vemos. Donde las lágrimas de miedo
son angustias asfixiantes, te sientes como un bulto pateado, es decir como un
árbol caído hecho leña. En algún momento de la vida la postura de alguien se
arrebata de miradas de espanto al ver que decepcionaste a tu familia,
convirtiéndote en un ser sin amor propio, llorando por el castigo de no haber
pensado bien las cosas y odiando al mismo tiempo tu alma por ser cómplice de la
decisión tomada. La confianza que le brindas a quien parece conocer tu dolor y
sufrimiento, se ve afectada por la traición y la desilusión personal, donde te
sientes pequeña como un gusano inmundo.
En
él describe como los errores que cometemos nos lleva a atraparnos en el denso
fango del sufrimiento formando parte de una prisión de haber vivido una agonía
impactante de superación personal. Hacemos un esfuerzo sobrehumano para
ponernos de pie y darse el lujo de levantar la cabeza y aprender de los errores
cometidos y preguntarse si lo que lo haces
está bien y “no cuestionándonos de nuestros hechos”.
El único amigo
desvalido que me comprendía ahora tiene toda la culpa, siendo yo la única
persona culpable de todo lo sucedido. Me sentí madre por primera vez, amándolo
aun sabiendo que a pesar de lo que hacía,
entrando en una puerta de no ser digna de estar viva.
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