martes, 8 de septiembre de 2015

EL REY VANIDOSO.

EL REY VANIDOSO



AUTORA: 
    THALIA VILCAMIZA CHUQUISPUMA










Cuentan que un rey, muy vanidoso y ostentoso, recibió la visita de un falso sastre que decía ofrecer la tela más preciosa del reino. El sastre le indico al rey que la tela era invisible a la mayoría de las personas y que solo las personas inteligentes podrían apreciar su belleza. Cuando le mostraron la supuesta tela al rey éste,   aunque en realidad no veía nada, elogió sus bondades. Los asesores, para no quedarse atrás, inmediatamente le dieron la razón al rey. Cuando el rey se “puso” el traje confeccionado con la tela imaginaria, todos los asesores lo alabaron haciéndole saber lo elegante que se veía. Confiado, el rey salió a la calle con su nuevo traje y sus “fieles” súbditos, al verlo, lo aplaudieron. El rey estaba convencido de lo inteligente que era  por haber sido capaz de ver  vestir el nuevo traje. Hasta que paso un niño que inocentemente, gritó: “¡Miren, el rey está desnudo!”.
En esta historia el rey no quiso verse a su espejo interior. Por querer impresionar  a los demás y demostrar que él si era inteligente, no quiso aceptar el hecho de que no veía la tela. Es  más, usó como espejo a las otras personas, quienes, por ocultar sus propias inseguridades y por agradar al rey, le confirmaron la supuesta existencia de la tela.
Lo mismo nos ocurre en la vida real. Nos pasamos la vida tratando de proyectar una imagen hacia los demás. Intentamos mostrarnos como competentes, exitosos, conocedores, valorados y capaces. Mucha veces se trata de una imagen tan irreal como la tela;  una imagen que, en el fondo, a nosotros mismos no nos convence. Lo peor de todo es que, como los asesores del rey, las personas que nos rodean tratan de agradarnos y no nos dicen la verdad. Nos siguen la corriente y sólo nos ayudan a perpetuar nuestra propia ignorancia o negación.

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