EL REY VANIDOSO
AUTORA:
THALIA VILCAMIZA CHUQUISPUMA
Cuentan que un rey, muy vanidoso y ostentoso, recibió la visita de un
falso sastre que decía ofrecer la tela más preciosa del reino. El sastre le
indico al rey que la tela era invisible a la mayoría de las personas y que solo
las personas inteligentes podrían apreciar su belleza. Cuando le mostraron la
supuesta tela al rey éste, aunque en
realidad no veía nada, elogió sus bondades. Los asesores, para no quedarse
atrás, inmediatamente le dieron la razón al rey. Cuando el rey se “puso” el
traje confeccionado con la tela imaginaria, todos los asesores lo alabaron
haciéndole saber lo elegante que se veía. Confiado, el rey salió a la calle con
su nuevo traje y sus “fieles” súbditos, al verlo, lo aplaudieron. El rey estaba
convencido de lo inteligente que era por
haber sido capaz de ver vestir el nuevo
traje. Hasta que paso un niño que inocentemente, gritó: “¡Miren, el rey está
desnudo!”.
En esta historia el rey no quiso
verse a su espejo interior. Por querer impresionar a los demás y demostrar que él si era
inteligente, no quiso aceptar el hecho de que no veía la tela. Es más, usó como espejo a las otras personas,
quienes, por ocultar sus propias inseguridades y por agradar al rey, le
confirmaron la supuesta existencia de la tela.
Lo mismo nos ocurre en la vida
real. Nos pasamos la vida tratando de proyectar una imagen hacia los demás.
Intentamos mostrarnos como competentes, exitosos, conocedores, valorados y
capaces. Mucha veces se trata de una imagen tan irreal como la tela; una imagen que, en el fondo, a nosotros
mismos no nos convence. Lo peor de todo es que, como los asesores del rey, las
personas que nos rodean tratan de agradarnos y no nos dicen la verdad. Nos
siguen la corriente y sólo nos ayudan a perpetuar nuestra propia ignorancia o
negación.
excelente interpretacion
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